Como único vestigio de la existencia, al menos hasta fines del siglo XIX, de dos órganos de inequívoca factura correspondiente al período colonial, sobreviven las dos imágenes que reproducimos a continuación, en las que se puede apreciar que los instrumentos se hallaban ubicados en sendos balcones sobre la sillería del coro de canónigos, uno al lado del Evangelio y el otro al lado de la Epístola.
El gran órgano que se ve al fondo es de factura belga y, aunque modificado respecto de su plan original, data de mediados del siglo XIX y aún existe.
Agradecemos sobremanera al maestro organero Alejandro Rodriguez por las fotografías.
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